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viernes, 21 de enero de 2011


Al amanecer la bruma se apodera de mi nueva ciudad. Todo se envuelve en la magia y se siente la frescura de la piel al caminar entre las nubes que se atrevieron a descender a cosquillear a estos mortales que se lanzan a la aventura del nuevo día.

Estos cubanos salen hacia la vida y no los detiene la lluvia invisible que les rodea. Las madres abrigan a los pequeños, los adolescentes camino a la escuela se guardan las manos en los bolsillos y piensan preocupados que se les puede mojar la notica para la chica linda del aula.

Una abuela exagerada abre la sombrilla mientras me arranca una sonrisa, me hace evocar mi niñez y decido tomar la primera foto del amanecer mágico de mi nueva ciudad…











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