Disman, guia en el Pico Turquino en la Sierra Maestra |
Se nos
presentó una manera muy sencilla “Soy Disman
y seré su guía hasta la cima del Pico Turquino”. Quizás para él es fácil
decir eso pero a nosotros nos chocó…”y ¿Como hacemos para bajar?”. Se sonrió, “Un compañero nos espera arriba”.
Es un
hombre joven, curtido por el clima de la Sierra Maestra. Vive en Santo Domingo,
un pueblo en las estribaciones de la cordillera serrana, lugar donde nació y
siempre regresa aunque no niega que le gusta la vida en la ciudad. Terminó su servicio
militar y al regresar, en un sitio donde no sobran las ofertas de trabajo,
solicitó entrar al cuerpo de guías del Turquino y desde hace mas de cinco
años, sube y baja, en ocasiones dos
veces en un día.
Conoce
cada palmo del Turquino. Fue un gran
amigo, nos aconsejó, enseñó trucos y ayudó muchísimo. Es un ser callado y muy
pensativo. Te mira a los ojos siempre que habla contigo y con mucho respeto. Ama
su tierra, adora su trabaja y a su esposa e hijo.
Con él
iniciaríamos el ascenso, pensado para hacerse en dos jornadas. Subiríamos por
Granma y bajaríamos por Santiago de Cuba, no parecía agotador apenas 20
kilómetros. Pero esa distancia en las lomas, como nos dimos cuenta luego, se
duplica.
Salimos
en un grupo de seis personas, el guía, el cocinero, una pareja de holandeses, Ramón
y yo. Los europeos y el cocinero se separaron de nosotros enseguida,
emprendiendo una subida rápida. Disman esperaba pacientemente que tomáramos nuestras
fotos de cada detalle, los caminos, la flora. Que disfrutáramos el aroma de la
montaña mientras nuestros lentes capturaban la belleza de la serranía cubana.
Ramón y
yo estábamos exhaustos, casi al final de la primera jornada y él solo se reía y
nos daba consejos. “Falta poco para
llegar” nos dijo. “¿Al Turquino?” “ No, hoy solo llegamos a la Aguada de Joaquín,
mañana es cuando la cosa se complica!!”
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