Valió la pena levantarse a las cuatro de la mañana y
atravesar medio Toronto en un carro con otros colegas de la prensa cubana, Esperar
al impuntual bus (como le dicen aquí a la guagua) en el bello centro de
exposiciones, viajar dos horas en un
letargo que te lleva, por momentos, de tu deseada Habana, a las imágenes de
un bello Toronto que corren tras los cristales del bus (guagua, guagua!!).
Si, creo que valió la
pena. Que la confusión del idioma (ay mi pobre ingles!!) te lleve a una posición
que no esperabas dentro de las aguas “tranquilas”, encima de una juguetona
patana, junto a dos argentinos, colegas fotoreporteros, a esperar que comience la carrera.
Y claro que valió la pena todo el esfuerzo, si que fue
bueno, porque pude ver a los chicos de la cuarteta masculina cubana del kayac
(K-4), a la distancia de mil metros, que con el corazón ganaron el título en el
torneo de canotaje de los XVII Juegos Panamericanos, y justo contra una
cuarteta argentina que venía amenazadora echándoles aqua encima!!
Jorge García, Renier Mora, Reinier Torres y Alex Menéndez, los
kayacístas de Cuba, sacaron de las Aguas
Tranquilas de Welland, convertido en el Centro Panamericano de Canotaje, un oro
que hizo que valiera la pena todo lo demás. Y es que en los últimos metros a
ellos les bastó con 3:01.744 minutos, para dejar a las representaciones de
Brasil (3:01.869) y Argentina (3:02.079), en segundo y tercer lugares.
Y mientras ellos festejaban su victoria en su embarcación, y
yo brincaba de alegría por nuestro segunda medalla dorada, mis colegas
argentinos refunfuñaban y se preguntaban por qué Messi no estaba en el K-4!!
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