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jueves, 14 de enero de 2016

El show Mesa


Dicen que salió dando gigantescos saltos del banco cuando Matanzas empató con Industriales tras un espectacular jonrón y que el árbitro de primera tuvo que detenerle para que no entrara al terreno de juego.  Lo cierto es que pese a detractores y admiradores, es imposible no detenerse a seguir los movimientos de Víctor Mesa, quien muy bien se ha ganado su titulo de Show Mesa.

Muchos le acusan de excéntrico. Otros le admiran y hasta aplauden sus andaduras por el terreno. Aunque elogiado o vilipendiado, yo que soy seguidor de Industriales hasta la medula, no dejo de reconocer que es digno de admirar a Víctor por su entrega, su apasionamiento, que evidencia que por sus venas no corre sangre, sino que circulan torrentes de beisbol. Y aunque desde el público le abucheen, o le griten apoyándole, él no atiende a las gradas, simplemente se concentra en lo suyo… ¡ Jugar pelota!

Siguiéndole con mi lente pude ver su manera diferenciada de dirigirse a sus compañeros, recio director del equipo cuando llega al box para cambiar un pitcher;  serio, al enfrentarse a los árbitros para reclamar una jugada; paternal,  cuando alecciona a sus chicos, incluyendo a su hijo que está en el equipo; respetuoso, para dirigirse a sus compañeros del cuerpo de dirección y para el rival, para el equipo contrario en el terreno, siempre  reserva una sonrisa, una carcajada, una broma con gestos. 








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