Empezó el 2019 (aunque ya han pasado 25 días de este enero lluvioso y frío en La Habana) y como siempre todos nos imponemos retos para iniciar el año. Por ello, mi esposa me convenció el tercer día, cuando ya se apagaban las comelatas del lechón y el congrí y había que comenzar a pensar en las tareas a vencer en el nuevo año, para irnos hasta la Ciudad Deportiva para hacer unas pistas y un poco de aparatos.
Y allá nos fuimos a hacer ejercicios. “Aramos, dijo una mosca en el tarro del buey”, refrán que siempre me dice una gran amigo. Porque quien corrió y trabajó con los biosaudables fue ella, yo que llevé mi cámara (“que raro!..”) me entretuve en fotografiar lo que ocurría.
Encontré a muchos jóvenes jugando futbol, rugby 7, beisbol o simplemente corriendo. Me percaté que cada fin de semana estos terrenos se llenan de muchachos para ejercitarse. Me llamó la atención que habían muy pocas chicas.
Bueno, ni una palabra más. Te dejo las fotos para que valores por ti mismo.
Nos vemos.
Encontré a muchos jóvenes jugando futbol, rugby 7, beisbol o simplemente corriendo. Me percaté que cada fin de semana estos terrenos se llenan de muchachos para ejercitarse. Me llamó la atención que habían muy pocas chicas.
Bueno, ni una palabra más. Te dejo las fotos para que valores por ti mismo.
Nos vemos.
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