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lunes, 8 de abril de 2019

Correr una Maratón


Por Roberto Morejón

He recorrido los 42 kilómetros de la maratón. y lo he hecho en más de una ocasión. He estado muy cerca de los corredores, muy cerca, con la sutil diferencia que lo hago haciendo fotografías desde una moto.


Respeto mucho a los maratonistas, y a todos los corredores. A los de 10 k, a los que corren la media maratón y sobre todo a los que se lanzan en la prueba mayor. Decir que es algo agotador, que requiere de mucha voluntad, que puede ser la prueba física mas difícil para los atletas es una verdad de Perogrullo.

Los he acompañado en todo el recorrido. Los he visto concentrados en seguir, sacando el extra, sin detenerse, adelante todo el tiempo.


Me gusta verles en la meta. Llegan sin fuerzas, sin aliento, y sin embargo, sonríen. Y esto es lo mejor. Sonríen porque se han demostrado así mismo que pueden, que no importa lo duro del camino si tienes la voluntad de llegar. Sí reconoces que la felicidad está en disfrutar todo el recorrido y no solo en llegar.

Nunca olvidaré una foto que no hice en la meta de Marabana hace unos años. Estaba mirando a los corredores llegar, consideraba que había tomado las imágenes suficientes y disfrutaba con la alegría de los que arribaban. De pronto me llamó la atención un maratonista japonés con una cinta en su cabeza con un círculo rojo símbolo del Sol Naciente, que venía cojeando, quizás debido a una contractura muscular. Pasó la línea de llegada, avanzó unos metros, se detuvo, se volteó, se puso en posición de firmes e hizo el saludo japonés de respeto hacia la meta.

No hice la foto, lo confieso, pero me quedó la lección. Aprendí que nunca debes dejar de fotografiar. Y que debes respetar, aceptar y agradecer toda prueba que te imponga la vida, porque siempre será para que crezcas y seas una mejor persona.













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