He vuelto a ver al doble campeón olímpico Filiberto Azcuy, durante la discusión medallas de oro en el estilo grecorromano del 52 Torneo Internacional de Luchas Granma-Cerro Pelado, con sede en el coliseo de la Ciudad Deportiva en La Habana.
Esta vez le toca estar fuera del colchón pero se le ve igual que siempre, impetuoso, apasionado, indetenible, a veces parece que va a sumarse al combate. Es admirable verle aconsejando a sus muchachos, exhortándolos a luchar, a no rendirse.