Por:
Roberto Morejón
El aroma a
café me despierta cada mañana. Es una tradición familiar, que en mi casa en La Habana mi padre nos
despierte mientras cuela un buen café.
Y es que en
Cuba, el café es parte de nuestra identidad. Es algo que impacta en lo cotidiano
del cubano. Antes del desayuno lo tradicional es un buchito de café. Estimulo
increíble para enfrentar el día y los
desafíos que nos esperan. Después de cada comida e incluso cuando caminamos por
las calles es normal detenernos para una tomar una tacita.
Aunque lo
importamos, en Cuba se consume mucho el “criollo” y ya tenemos más 250 años de experiencia en cultivar la variedad del café arábico.
En nuestros campos es una tradición familiar donde la sabiduría en el
cultivo y cuidado del grano se ha transmitido de padres a hijos.
En las
noches en casa o cuando visitamos a un amigo, la frase “Vamos a hacer una coladita", se
convierte una invitación excelente de los nacidos en esta tierra del caribe
para compartir un buen rato y sentirnos mas cercanos.
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