Por: Roberto Morejón
Fueron miles los cubanos
que se concentraron este primero de mayo en la Plaza de la Revolución José
Martí, en La Habana, Cuba, para celebrar el Día Internacional de los Trabajadores.
Miles expresaron de qué lado están, mostrando al mundo la razón de su lucha.
Y mientras pasan
esos rostros cubanos felices, miro a los extranjeros concentrados en la Plaza cuyas
caras reflejan asombro ante una larga cadena humana que no termina. Imagino la
pregunta que les golpea en su cabeza: ¿Por qué vienen? ¿Por qué desfilan estos
cubanos que viven en medio de carencias y dificultades, y además ríen y gritan vivas a su Revolución?
La respuesta es tan
sencilla. Vienen, simplemente porque tienen patria. Vienen porque ellos no
tienen que reclamar por recortes sociales. Están aquí porque nadie los obliga.
Porque ellos no son millones de desempleados.
Acuden juntos y en
cuadro apretado porque sus hijos vienen con ellos a repetir la obra de sus
padres, porque quieren recordar al mejor
amigo, el comandante Chávez. A decirle a Raúl que lo siguen en esta carrera que
empezamos sin prisa pero sin pausa para tener un mejor país. Para que Fidel nos
vea y se sienta orgulloso, como todos los cubanos, de nuestra obra común.
Y si estas
explicaciones no bastan, no convencen. Entonces les puedo decir que los cubanos
acudimos a celebrar porque nos viene en gana, porque podemos abrazar al amigo,
tomarnos un trago, arrollar en una conga en la plaza pública de cada provincia
y celebrar esta victoria nuestra que va a cumplir 54 años.
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